Las VPN son cosa del pasado. Las redes de confianza cero (también conocidas como zero-trust) se adaptan fácilmente a entornos cloud, on-premises o mixtos, y ofrecen mayor flexibilidad y seguridad que los túneles de las VPN. Y menores costos.
Las VPN, o redes privadas virtuales, se diseñaron hace varias décadas con el propósito de extender el alcance de las redes de datos de las empresas más allá de sus límites físicos. La ubicuidad de Internet y su bajo costo de acceso fue el detonante para que las empresas quisieran aprovecharla para conectar sucursales, clientes y proveedores en una única red, sin necesidad de emplear costosas conexiones dedicadas.
El único y gran problema que dificultaba la implementación (y lo sigue haciendo) era la seguridad. En el modelo tradicional de trabajo centrado en la red (network centric), los riesgos de seguridad aumentan exponencialmente a medida que se agregan accesos de tipo VPN. En la actualidad se ha encontrado una solución a ese problema mediante alternativas que no se centran en la red, como el caso de las redes de confianza cero.
Historia de las VPN
Conectar sitios remotos a la red de una empresa a través de Internet siempre impuso un importante riesgo de seguridad, ya que los datos enviados de un sitio a otro pasan por enlaces públicos y pueden ser vistos por ojos malintencionados. Es por eso que las VPN se crearon a modo de túneles por donde la información circula de manera cifrada, para que no pueda ser interceptada y utilizada por extraños.
Escritor y periodista especializado en tecnología, desde el año 1992.