A los desarrolladores les encanta escribir piezas de código que parezcan obras de arte y funcionen hermosamente y sin problemas, al menos en su propio entorno de desarrollo. Pero en algún momento deben integrar sus obras de arte con otras obras de arte, escritas por otros desarrolladores. Y el resultado puede no ser tan hermoso. Si tan solo la parte de integración pudiera ser responsabilidad de alguien más… Bueno, resulta que puede ser. El principal objetivo de las herramientas de integración continua es quitar del camino de los programadores los obstáculos de probar, construir, implementar y entregar.
A medida que crece un proyecto, la cantidad de cosas que deben integrarse aumenta más rápido y las tareas de backtracking – aquellas que deben llevarse a cabo para encontrar la fuente de errores – comienzan a consumir más tiempo que las tareas de codificación en sí. Las herramientas de integración continua (CI, por continuous integration) buscan ayudar a los desarrolladores a superar las dificultades de la integración y mantener su enfoque en lo que más les gusta hacer: escribir código.
Básicamente, CI es una práctica de desarrollo que requiere que los programadores integren su trabajo en un repositorio compartido, haciendo un check-in o un commit (según la terminología usada por la herramienta) de los cambios en el código una o más veces al día. Las herramientas automatizadas de CI verifican y prueban cada cambio y reconstruyen la solución integrada, notificando los errores encontrados y permitiendo que los miembros del equipo los resuelvan tan pronto como les sea posible.
Escritor y periodista especializado en tecnología, desde el año 1992.